La educación: un juego en el que ganamos todos
El medallista de waterpolo Pedro García Aguado siempre ha tenido claro que los errores nos enseñan a seguir adelante. Él lo demostró cuando, a pesar de sus éxitos deportivos, logró superar una crisis personal. Años más tarde, se convirtió en el Hermano Mayor de muchos jóvenes, gracias a un programa televisivo en el que los acompañaba a encontrar su camino en un periodo conflictivo. Con el programa finalizado, Pedro siempre ha querido estar al lado de los jóvenes. Por el camino, ha fundado Aprender a educar, un proyecto para que los niños sean personas felices, responsables y con valores. Con él hemos hablado sobre cómo deberían usar el dispositivo móvil de forma correcta pero también, sobre un tema que nos preocupa a todos: el ciberacoso en las aulas.
En vuestro libro A salvo en la red Francisco Castaño Mena y tú os centráis en un tema tan complejo y actual como el modo en que debemos proteger a nuestros hijos en internet y las redes sociales. ¿Quién debería leerlo?
Tanto Aprender a Educar como A salvo en la Red, nuestros dos proyectos, están pensados para padres, madres, abuelos y abuelas que quieren y necesitan herramientas y recursos para educar a sus hijos.
¿Qué es lo primero que tienen que hacer los padres cuando deciden comprar un móvil a sus hijos?
En primer lugar, todos deberíamos cambiar conceptos y entender que las cosas son diferentes. Ya no regalamos teléfonos. Ahora son smartphones con conexión las 24 horas del día que nos permiten llamar, sociabilizar, entretenernos, aprender… Partiendo de eso, los padres deberían saber qué uso hará su hijo e informarse de los riesgos pero también tener claras las ventajas. Yo siempre propongo establecer una hoja de ruta cuando compren ese smartphone.
Esta hoja de ruta, ¿cómo se debería hacer?
Lo ideal es que cada progenitor haga la suya según su manera de ver las cosas. En esa hoja de ruta, deberán marcar distintos puntos: para qué regalan el móvil, a qué redes se conectará su hijo, en qué horarios… Después, la pueden poner en común con su hijo para que todos estén de acuerdo.
«Los menores van a convivir con la tecnología desde su nacimiento y no hay marcha atrás. Es evidente que la solución no puede ser la prohibición.»
Pedro, háblanos de algunas medidas para regular el uso del móvil.
Por ejemplo, el contrato que propone el Cuerpo Nacional de Policía y que puede servir para establecer unos mínimos lógicos para los niños. Son contratos que deben ir adaptándose al uso que hacen los jóvenes y siempre inspirándose en la confianza entre padres e hijos. Estos contratos son para prevenir y de verdad que ayudan mucho.
«Esta iniciativa del Grupo de Redes de la Policía Nacional establece desde el compromiso a la no difusión de fotografías íntimas o de comentarios e imágenes vejatorias hasta la obligación de “atender SIEMPRE las llamadas de sus padres para saber que se encuentra bien”.
¿Cuáles son las dudas o miedos más frecuentes de los padres sobre este tema?
La duda más importante es, “¿a qué edad compro el móvil?” Los padres no quieren que sus hijos se queden aislados del grupo. Personalmente, me parece bien ese límite. Compremos el móvil cuando creamos que ya está quedándose fuera de su círculo. La siguiente duda surge cuando el uso ya es indebido y entonces quieren saber si “¿habrá desarrollado adicción mi hijo?” El mal uso viene dado por el tema de no haber puesto nunca normas. La adicción, sin embargo, surge cuando al retirar el móvil, los hijos tienen reacciones agresivas.
«El acoso ha estado presente siempre en las aulas pero ahora, a través de las redes sociales y de la tecnología, ha derivado en un acoso permanente y público.»
¿El ciberacoso es el acoso perfecto?
Es la continuación del acoso dentro de las aulas pero tengamos claro que va más allá de las redes sociales. Con un simple Google Drive, una herramienta disponible en los colegios, también se han dado casos de acoso.
¿Como se pueden prevenir casos de este tipo?
Los profesores deberían tener claros los perfiles de sus alumnos y saber cómo utilizan el móvil. También necesitamos creer en el poder de la educación porque de nuevo es imprescindible para evitar casos de ciberacoso.
¿La crueldad refuerza el poder a un alumno?
Aunque todos tengamos razones para estar enfadados, eso no nos da derecho a ser crueles con los demás. Cuando alguien se comporta de forma cruel, muchas veces es gracias a la impunidad. Si sus actos no tienen consecuencia, siempre serán más crueles y, en cierto modo, las pantallas potencian ese efecto y facilitan que el agresor se sienta más seguro.
«Los chicos y chicas no son malas personas. Solo tienen un mal comportamiento y eso se puede recuperar.»
¿Cómo deben proceder los padres si detectan un caso de ciberacoso en su hijo?
Denunciar automáticamente aunque antes hay que entender qué es el acoso. Todas las CCAA tienen sus normas para establecerlo. Una vez se ha detectado, debemos actuar porque si no se trabaja bien en las aulas, suele perpetuarse en el tiempo.
«Con el acoso tenemos que ser firmes y no pensar que son cosas de niños.»
Pedro, ¿ganaremos la batalla al ciberacoso?
La inteligencia artificial está trabajando mucho en este campo. Yo quiero pensar que en un futuro, se minimizará el daño gracias a toda esta investigación. Tanto los seres humanos como la tecnología hemos de luchar para terminar esta lacra.
Vamos a despedir la entrevista hablando del lado bueno de las redes sociales. Según tú, ¿cuál es?
Para empezar, te conectan con el mundo y con personas de todo tipo. Te abren una ventana la información y al conocimiento. Si encima te han educado para distinguir lo que tiene valor y lo que no, su poder es increíble. También te ayudan a trabajar, a estudiar e incluso a tener tu propia reputación digital. Y por supuesto, no quiero olvidarme de la inmediatez. Es evidente que las redes sociales también tienen su lado bueno.